Las inesperadas desventajas del aliento constante: Muchos
padres pueden alentar a sus hijos diciéndoles “tú puedes hacer cualquier cosa”.
Por supuesto, lo hacemos porque queremos motivar a nuestros hijos para que
persigan sus intereses y para que no estén limitados por lo que dice la
sociedad o por el cómo se perciben ellos mismos sus capacidades.
Sin embargo,
decirle a los niños que pueden hacer “cualquier cosa” no es realmente sincero y
puede traer desventajas inesperadas.
No es verdad
que cualquiera pueda ser un jugador de básquet profesional o una modelo de
moda, así como no todos pueden ganar un premio nobel.
Todos
estamos limitados de formas muy particulares por nuestros genes y por las
realidades estadísticas de la competencia. Asimismo, la suerte y las
oportunidades juegan un papel mucho más importante en la vida del que
generalmente es reconocido.
Las
investigaciones señalan que cuando creamos objetivos muy ambiciosos para
nosotros mismos, estos objetivos pueden llegar a ser perjudiciales, por
ejemplo, dar lugar a un comportamiento no ético con el fin de cumplir con esos
objetivos tan ambiciosos, o llegar a sentirnos como fracasados cuando no lo
logramos.
Decirle a
los niños que pueden hacer cualquier cosa es una visión sin un camino: implica
que deberían establecerse un elevado objetivo, pero a la vez no da información
acerca de cómo lograrlo.
Mejor es
reconocer que los logros significativos serán un reto para lograr.
En lugar de
sólo decirle a los niños que pueden hacer cualquier cosa, enseñémosles las tres
P: Práctica, Paciencia, y Perseverancia.
Práctica, porque el esfuerzo combinado con la retroalimentación es fundamental para el desarrollo y logro de la excelencia.
Paciencia, porque el dominio y los logros importantes ocurren en un periodo de tiempo largo.
Perseverancia, porque los obstáculos son probables y los contratiempos son comunes en cualquier esfuerzo.
Práctica, porque el esfuerzo combinado con la retroalimentación es fundamental para el desarrollo y logro de la excelencia.
Paciencia, porque el dominio y los logros importantes ocurren en un periodo de tiempo largo.
Perseverancia, porque los obstáculos son probables y los contratiempos son comunes en cualquier esfuerzo.
Haz resaltar a tu niño que el éxito está definido por el esfuerzo y el progreso, que se da paso a paso, y no por compararse con los demás.
Como Tomás Edison dijo en su mesa de trabajo, rodeado de
resultados de horas de trabajo fruto de sus experimentos fallidos: “He tratado
de todo, [pero] no he fracasado. ¡He encontrado 10 mil maneras en que esto no
funciona! “
Prueba esto: Imagina a tu niño que está en apuros con una tarea del colegio y
te dice con frustración: “No puedo Hace esto”.
En lugar de
responder, “Sí, claro que puedes, déjame mostrarte cómo se hace”, tu podrías
decir algo como esto: “Si, la ciencia puede ser todo un desafío, por eso es
normal que estés luchando con eso ahora. Mientras más tiempo y esfuerzo le
dediques, más fácil será para ti conseguirlo. “
Luego apoya
a tu niño respondiendo sus preguntas sobre la tarea lo mejor que puedas,
pero sin darle todas las respuestas.
Por lo tanto,
cuando veas a alguien que demuestra un gran nivel de dominio o excelencia, como
un jugador profesional de algún deporte
o un músico profesional, prueba diciendo algo como: “ella es una fantástica jugadora de tenis, ¡apuesto a que ha pasado
muchos años y miles de horas practicando!”.
Este post fue extraído del libro "What Great Parents Do: 75 Simple
Strategies for Raising Kids Who Thrive" (Penguin Random
House, 2016).
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