Por: Jen Kim.
Freud, hace cerca de un siglo, teorizó que los humanos somos
inherentemente egoístas y que nos enfocamos principalmente en nuestra propia
supervivencia. En ese caso, nos comportamos “mal” debido a nuestra propia
naturaleza.
Las investigaciones psicoanalíticas muestran que nuestra esencia,
la cual es la misma en todas las personas, busca la satisfacción de ciertas
necesidades como la auto preservación, agresión, necesidad de amor y el impulso
de obtener placer y evitar el dolor.
Para Freud, nuestro impulso innato de auto preservación está
profundamente en desacuerdo con la visión de sociedad en armonía. Él escribe “El
instinto natural de agresividad en el hombre, la hostilidad de cada uno contra
todos y de todos contra uno, se opone al programa de la civilización”
¿Está Freud en lo correcto? ¿Soy una mala persona en realidad?
Veamos qué dice la ciencia
En un estudio, investigadores de la Universidad de Yale usaron marionetas
para determinar si los bebés son inherentemente altruistas. En el experimento,
los bebés miraron un pequeño juego en que las marionetas intentaban escalar una
colina. Luego, otras dos marionetas se unían para ayudar a las demás o hacerles
la tarea más difícil. Finalmente, cuando los bebés tenían la opción de escoger
a la marioneta que ayuda o a la que dificulta, solían escoger a la que ayuda.
Tom Stafford, quien escribió sobre este estudio para la BBC,
sugirió que esta conducta demuestra que los humanos estamos diseñados para ser
buenos (al menos al inicio de nuestras vidas) debido a que al hacer este
experimento con bebés, se elimina la variable cultural.
Dr. Bobbi Wegner, un psicólogo clínico y profesor de la
Universidad de Harvard, concuerda. Ella dice: “No existen los bebés malos”. En
nuestra esencia “todos tenemos un ser que es bueno, compasivo, curioso y
calmado”.
Es el ambiente el que siempre se interpone en el camino nuestro
verdadero ser, añade. Por ejemplo “alguien que ha sido abusado puede desarrollar
una parte protectora que hiere a los demás para protegerse a sí mismo”. Por su
experiencia, ella no se enfoca en términos como “bueno” o “malo”, sino que
prefiere empoderar a esa parte compasiva y curiosa que tenemos para que se
sienta segura de salir.
El doctor Dacher Kelter de
la Universidad de California cita otro estudio en que se muestra que las
personas experimentan dolor cuando ellos ven a otros sufrir. “Es como si
estuviéramos programados para tener las mismas experiencias que las demás
personas”, comenta.
Indica que el 60% del tiempo
somos conducidos por la “gratificación personal” o “supervivencia de la
competitividad”, pero durante el otro 40% del tiempo “estamos realmente haciendo
cosas para otras personas nos sacrificamos”. Ayudar a los demás, comenta, “aumenta
nuestro enriquecimiento personal”.
Actuar bien y ser bueno no
son la misma cosa, de acuerdo con la consejera Mary Beth Somich. Ella señala
que en nuestra cultura que nos anima a actuar “bien” para así recibir
reforzadores positivos de los demás, en vez de actuar de forma altruista por el
placer intrínseco de hacerlo.
Por este motivo, Somich dice
que la única persona que puede decidir si eres bueno o no, eres tú. Mientras
hay algunos indicadores externos que “pueden dar a los demás una imagen de ti
como buena persona, en realidad todo se reduce a un código de honor consigo
mismo”
Algunas preguntas que ayudan
a descifrar tu propio código de honor, según la psicoterapeuta Meredith
Strauss, son los siguientes:
-¿Tengo compasión por los
demás?
-¿Qué tan caritativo soy?
-¿Ayudo a los demás en
tiempos de necesidad? ¿Genuinamente quiero ayudar o simplemente hago lo “políticamente
correcto”?
-¿Qué es lo que mis amigos y
mi familia dicen de mí si se le preguntasen?
-¿Priorizas las posesiones
materiales sobre las personas?
-¿Cuál piensas que es tu
contribución al mundo?
Quizás la mejor manera de ver nuestra moralidad es no etiquetándonos a
nosotros como “buenos” o “malos”. De acuerdo con el psicólogo Paul DePompo “pensar
que eres el causante de los problemas de los demás cuando en realidad haces
algo “malo” muy eventualmente, como cualquiera, puede hacer que tu auto imagen
se deteriore cuando de hecho puedes estar haciendo muchas cosas buenas”
Una recomendación por parte de él es “definir cómo es una persona buena
en 3 o 5 palabras y calificarte a ti mismo en ese rango” Si al calificarte
puntúas más de la mitad, entonces eres relativamente bueno, aunque imperfecto ¡como
todas las personas!
¿Cuál es tu opinión? ¿Eres una buena persona?
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