miércoles, 7 de septiembre de 2016

El peligro de alentar a un niño diciendo: "Puedes hacer cualquier cosa"

Por: Erica Reischer Ph.D. 
Las inesperadas desventajas del aliento constante: Muchos padres pueden alentar a sus hijos diciéndoles “tú puedes hacer cualquier cosa”. Por supuesto, lo hacemos porque queremos motivar a nuestros hijos para que persigan sus intereses y para que no estén limitados por lo que dice la sociedad o por el cómo se perciben ellos mismos sus capacidades.

Sin embargo, decirle a los niños que pueden hacer “cualquier cosa” no es realmente sincero y puede traer desventajas inesperadas.

No es verdad que cualquiera pueda ser un jugador de básquet profesional o una modelo de moda, así como no todos pueden ganar un premio nobel.

Todos estamos limitados de formas muy particulares por nuestros genes y por las realidades estadísticas de la competencia. Asimismo, la suerte y las oportunidades juegan un papel mucho más importante en la vida del que generalmente es reconocido.




Las investigaciones señalan que cuando creamos objetivos muy ambiciosos para nosotros mismos, estos objetivos pueden llegar a ser perjudiciales, por ejemplo, dar lugar a un comportamiento no ético con el fin de cumplir con esos objetivos tan ambiciosos, o llegar a sentirnos como fracasados cuando no lo logramos.

Decirle a los niños que pueden hacer cualquier cosa es una visión sin un camino: implica que deberían establecerse un elevado objetivo, pero a la vez no da información acerca de cómo lograrlo.
Mejor es reconocer que los logros significativos serán un reto para lograr.

En lugar de sólo decirle a los niños que pueden hacer cualquier cosa, enseñémosles las tres P: Práctica, Paciencia, y Perseverancia.

Práctica,  porque el esfuerzo combinado con la retroalimentación es fundamental para el desarrollo y logro de la excelencia.

Paciencia, porque el dominio y los logros importantes ocurren en un periodo de tiempo largo.

Perseverancia, porque los obstáculos son probables y los contratiempos son comunes en cualquier esfuerzo.


Haz resaltar a tu niño que el éxito está definido por el esfuerzo y el progreso, que  se da paso a paso, y no por compararse con los demás.
Como Tomás Edison dijo en su mesa de trabajo, rodeado de resultados de horas de trabajo fruto de sus experimentos fallidos: “He tratado de todo, [pero] no he fracasado. ¡He encontrado 10 mil maneras en que esto no funciona! “

Prueba esto: Imagina a tu niño que está en apuros con una tarea del colegio y te dice con frustración: “No puedo Hace esto”.  

En lugar de responder, “Sí, claro que puedes, déjame mostrarte cómo se hace”, tu podrías decir algo como esto: “Si, la ciencia puede ser todo un desafío, por eso es normal que estés luchando con eso ahora. Mientras más tiempo y esfuerzo le dediques, más fácil será para ti conseguirlo. “
Luego apoya a tu niño respondiendo sus preguntas sobre la tarea lo mejor que puedas, pero  sin darle todas las respuestas.

Por lo tanto, cuando veas a alguien que demuestra un gran nivel de dominio o excelencia, como un  jugador profesional de algún deporte o un músico profesional, prueba diciendo algo como: “ella es una fantástica jugadora de tenis, ¡apuesto a que ha pasado muchos años  y miles de horas practicando!”.



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