martes, 6 de septiembre de 2016

Enseñar al cerebro a ser feliz



Por: Meg Selig
¿Por qué no podemos ser feliz?
Como decía el comediante Louis C.K.: Vivimos en un mundo en el que "todo es asombroso, pero nadie es feliz"

Bajo condiciones normales, la vida diaria está llena milagros: Personas maravillosas, comida deliciosa, aire acondicionado, aviones, computadoras, pero tendemos a tenerlas por hechas. ¿Hay manera de apreciarlas mejor y disfrutar las cosas buenas de la vida?. Pues sí, y la razón por la que debemos escoger hacer un esfuerzo por sentir y apreciar el lado positivo de la vida es esta: 
-Contra atacar el sesgo negativo que está programado en nuestros cerebros
El "sesgo negativo" es la tendencia de nuestros cerebros de notar, absorber y reaccionar a las cosas malas (miedos, peligros, preocupaciones, cólera, equivocaciones) de forma más persistente que a las cosas buenas (placer, alegría, belleza, relaciones de soporte, etc.)
¿Por qué la Madre Naturaleza nos hizo eso? El sesgo negativo evolucionó para ayudarnos a sobrevivir. En la sabana africana, hace 50 000 años aproximadamente, los humanos que estaban felices de la vida, aquellos que siempre "disfrutaban el momento" eran la cena de los tigres dientes de sable.
En cambio, los seres humanos que eran ansiosos, que siempre preveían algún peligro, fueron aquellos que sobrevivieron y pasaron sus genes de generación en generación.



Cómo el sesgo negativo afecta tu vida
Como resultado de lo anterior, nuestro cerebro está diseñado para ser un Velcro de las malas experiencias y un Teflon de las buenas. 
Gracias al sesgo negativo, si tú tienes tres eventos positivos hoy y uno difícil, tu mente persistirá en el difícil. Este sesgo es la razón por la que cinco buenas interacciones son necesarias para equilibrar un episodio amargo con un compañero. Es también el motivo por el que a las personas les desagrada más las pérdidas de lo que le agrada las ganancias. Es la razón por las que muchas veces es difícil relajarnos y disfrutar la vida. ¡Culpa a tu cerebro!
Aunque el sesgo negativo nos ha ayudado a sobrevivir, miedo y ansiedad no ayudan mucho a ser felices y tener una buena salud mental. Una mentalidad negativa puede impedir que aceptemos desafíos, manteniendo malas experiencias en nuestra mente. 
Compensando el sesgo negativo
Entonces, todos estamos destinados a vivir bajo la nube tormentosa de la ansiedad y la negatividad ¿no? No del todo. Aunque la felicidad es parcialmente el resultado de la genética y de las experiencias pasadas, la felicidad es siempre una elección.
La mejor manera de compensar el sesgo negativo es, regularmente, "tomar lo bueno". Esto significa, ver y saborear las experiencias positivas, fortalecer tus virtudes, y minimizar el daño y sufrimiento tuyo y de los demás. 
Esto no significa ignorar el dolor emocional o cegarse a las experiencias negativas y difíciles de la vida. Sólo significa que tu puedes entrenarte a ti mismo para percibir las experiencias positivas tan bien como las negativas.
Dos pequeños pasos para crear una felicidad duradera 
Puedes balancear el sesgo negativo con un poco de esfuerzo (¡divertido y placentero!) de tu parte:
Paso 1: Tenlo. Tener una experiencia positiva, incluso una pequeña como un buen almuerzo, activa emociones positivas. Para mejorar los resultados, reconoce cuando estás en una situación segura; luego, enfócate en las cosas buenas a tu alrededor en vez de preocuparte por posibles problemas.
Paso 2: Disfrútalo. Invierte tiempo en disfrutando la experiencia positiva. Por ejemplo, cuando recibes un cumplido, nótalo, sonría y disfrútalo. Cuando termines esta tarea, piensa en tu propio trabajo y admírate. 
Si tu mantienes tu mente pensando en la buena experiencia por alrededor de 5 segundos, ésta se instalará en tu memoria a largo plazo, lo que permite modificar poco a poco tu cerebro. Con el tiempo, el hábito de experimentar cosas positivas tendrá una red neural más consolidada en tu cerebro y te será más fácil sentir eventos positivos.
Más hábitos para ser feliz
Hanson (2013) enumera varias opciones:
1. Cuando tengas una experiencia positiva, repítela mentalmente una y otra vez.
2. Decide qué fortalezas te gustaría cultivar y recuerda durante el día las veces que las practicaste. Por ejemplo, si deseas practicar la "amabilidad", piensa en las veces que fuiste amable y saborea esas experiencias.
3. Recuerda que todos los días nos pasan cosas positivas
4. Comparte las cosas buenas que te han pasado con tus amigos
Referencias:
Hanson, Rick (2013). Hardwiring Happiness: The New Brain Science of Contentment, Calm, and Confidence. New York: Harmony Books.


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