Por Roberta Satow, Ph.D.
¿Tienes miedo de decir "no"? ¿Te sientes muy seguido enojado contigo mismo porque estás pasando tu tiempo con personas que no te agradan? ¿Estás malgastando tu tiempo haciendo favores para personas que no son importantes para ti?
Decir "no" puede ser difícil para las personas de todas las edades y en cualquier circunstancia. ¿Por qué nos es tan difícil decirlo?
Puede ser difícil porque a las personas a las que les dices "no" podrían reaccionar de forma negativa. Por ejemplo, si dices "no" a alguien que quiere tener relaciones sexuales contigo, a él probablemente no le agrade y podría decirte "¿por qué no, qué es lo que pasa contigo?" y quizá no te invite a salir de nuevo.
Si tu dices "no" a tu hijos, cuando quieren hacer algo incorrecto, ellos pueden decirte gritando "¿por qué no me dejas, todo el mundo lo hace?" Si dices que "no" a tu esposo, puede que se enoje contigo. Si dices "no" a un amigo, puede que no te llame en un tiempo. Decir "no" tiene sus consecuencias ¡ese es el problema!
Mi paciente, Joe, está trabajando en establecer sus límites. Joe es un contratista y un buen chico, ansioso de ayudar a los demás, pero se aprovechan de su buen carácter. Sus clientes lo llaman los fines de semana y le preguntan si puede arreglar su inodoro o detener el goteo de su fregadero.
En el pasado, él dejaba de lado todo lo que estaba haciendo con su familia y ayudaba a su cliente. Pero ahora, hemos estado trabajando en establecer límites y él les ha dicho que habrá un recargo para las llamadas de fin de semana.
Uno de sus clientes le dijo que no pagará un recargo. ¡¿Por qué pagaría extra cuando siempre me lo has hecho gratis?! le respondió a Joe. Él tuvo que aceptar que puede perder al cliente.
Decir "no" tiene consecuencias. Joe le dijo a su cliente que puede no pagar el sobrecargo esperando hasta el lunes. Todo depende de él. Joe tuvo que sopesar el costo emocional de sentirse enojado por arruinar su fin de semana con el coste real de hacer que su cliente se enojara y posiblemente lo perdiera. Él decidió que era más importante para el no estar molesto que lo que era para su cliente no estarlo. Una vez que aceptaría compensar los costos, fue capaz de decir que "no".
Bob tiene un problema para decir "no" cuando le piden que contribuya a sus amigos de las organizaciones benéficas. Bob tiene su propia organización benéfica favorita y quiere apoyarla.
El no pide a sus amigos que contribuyan porque sabe que ellos tienen sus propias organizaciones benéficas favoritas. Pero sus amigos continúan enviándole notas escritas pidiéndole que contribuya.
Bob no quiere decir que "no" porque sus amigos podrían molestarse con él. Así que o bien hace algo que no quiere o tolera el hecho de que sus amigos pudieran molestarse con él. Después de mucho meditarlo, Bob decidió que era más importante no sentirse enojado por esto, que preocuparse por la posibilidad de que sus amigos puedan molestarse con él.
Aprender a decir de que "no" involucra aceptar la realidad de que a otra persona quizá no le agrade esto significa que podrían cambiar sus sentimientos acerca de nosotros. Así que si quieres dejar de hacer algo que te duele o que te hace enojar, tienes que aceptar que puede haber un precio por esto, y eso está bien.
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