lunes, 5 de septiembre de 2016

Perfeccionismo


Por: Amy Beth Acker
El perfeccionismo es la creencia en que nada es lo suficientemente bueno. O se fracasa o no se fracasa. El concepto de éxito es irrelevante, porque éxito es algo que debe ser perseguido, pero no puede alcanzarse.

Los perfeccionistas nunca se sienten satisfechos porque siempre tienen la sensación de que hay más que pudieron hacer, y más que pudieron mejorar. Por este motivo, suelen paralizarse por no actuar o por actuar demasiado.
Aquí hay algunas señales de que puedes tener una mentalidad perfeccionista.




-          Te es difícil ver los “grises”
El perfeccionismo te hace ver las cosas con una mentalidad de “todo o nada”. Las cosas deben ser hechas con los mayores estándares o no deben ser hechas para nada. Proyectos y objetivos se dividen en dos categorías: “éxito” o “fracaso”, y los perfeccionistas están horrorizados por fracasar porque su sensación de valía suele depender de ello.

¿Qué hacer?
Recuerda que tu miedo a fracasar te desconecta de lo mucho que vales. Cuando sobrevaloras lo que la sociedad, cultura o incluso tu familia y amigos piensan de tu capacidad, te pierdes la oportunidad de vivir de acuerdo a tus valores.

-          Mantienes tu silencio, incluso cuando tu mente está sobrecargada
Los perfeccionistas usualmente describen sentirse paralizados y tensos la vez. Pueden sentirse obligados a usar una “máscara” y esconder sus verdaderas emociones porque piensan que es muy arriesgado. Pueden decir que todo está bien, cuando en realidad no lo está, y además, serles difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar cómo se sienten.

¿Qué hacer?
Mantener un registro personal puede ser de ayuda. Preguntarse a sí mismo: ¿cómo me siento hoy? ¿Cómo se siente mi cuerpo? ¿Qué áreas están tensas? ¿Cuáles son los pensamientos que estoy teniendo? Esto puede ayudar a comprenderse mejor a uno mismo.

-          Es difícil soportar juicios
Cuando alguien realiza una crítica, un juicio, o te ignora, es muy difícil superarlo.

¿Qué hacer?

Cuestiona tu propia forma de pensar: ¿será verdad que la otra persona lo dijo para lastimarme? ¿Puede que haya más datos que esté pasando por alto? Recuerda que los sentimientos dolorosos generalmente son causados por asumir cosas erróneas o por tener una mala comunicación.


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