viernes, 2 de septiembre de 2016

El ejercicio trae beneficio cognitivo




Por: David R. Jacobs Ph.D. 
Todos sabemos que el ejercicio mejora nuestra aptitud física, pero mantenerse en forma puede también aumentar nuestra capacidad intelectual. 

No estamos completamente seguros de como sucede, pero la evidencia apunta a varias explicaciones. Primero, para mantener una función cognitiva normal, el cerebro requiere un constante suministro de oxígeno y otros químicos, llevados a través  de los vasos sanguíneos.




El ejercicio físico (incluso actividades simples como lavar los platos o pasar la aspiradora) ayuda a que circule la sangre, rica en nutrientes, de forma eficiente a través del cuerpo y a mantener los vasos sanguíneos sanos. Ejercitarse aumenta la creación de las  mitocondrias –las estructuras celulares que generan y mantienen nuestra energía- tanto en nuestros músculos y cerebro, lo que podría explicar la ventaja mental que obtenemos después de un entrenamiento. 

Estudios muestran también que aumentando el ritmo cardiaco podemos mejorar la neurogénesis- proceso por el cual se generan nuevas neuronas- en adultos.
A pesar de todo este mecanismo, Existe evidencia abismal que está revelando una fuerte relación entre el ejercicio físico y la función cognitiva. En el 2014 un estudio publicado en Neurology, encontró que la actividad física tiene una influencia extensa y de larga duración en el rendimiento cognitivo.


En el estudio, se siguieron a 2,747 personas sanas con edades entre los 18 y 30 por 25 años. En 1985 evaluaron su condición física usando una prueba de esfuerzo: Los participantes caminaron por una pendiente que se hizo cada vez más empinada cada dos minutos. 

En promedio, caminaron durante 10 minutos, alcanzando una velocidad de 3.4 millas por hora y con una inclinación de 18 porciento (una cuesta bastante empinada). Los participantes de más bajo rendimiento duraron siete minutos y los de más alto rendimiento unos 13 minutos. Una segunda prueba de esfuerzo que se realizó en el 2005 revelo que los participantes habían disminuido sus niveles de  actividad física con la edad, como se esperaba, pero los que estuvieron en mejor forma en 1985 también eran más propensos a estar en forma 20 años después.

Sin embargo buscaron también saber cómo la condición física puede afectar la  agudeza mental en una edad madura. Por lo que cinco años más tarde, en el año 2010, sometieron a los participantes a una serie de pruebas cognitivas, evaluación de la memoria, velocidad de procesamiento,  función ejecutiva, indicadores de nuestra capacidad de aprender, razonar y solucionar problemas. Encontrándose que las personas con mejor condición física en 1985 obtuvieron en un 10% mejor resultado en las pruebas, comparado con el resto de los participantes, una modesta pero importante diferencia.

El mensaje está claro: Las personas sanas que se ejercitan con regularidad pueden mejorar la función cerebral durante toda la vida, no solo después de un entrenamiento. 



Compartir

0 comentarios :