domingo, 16 de octubre de 2016

Sinestesia: Escuchar colores, ver sonidos




Por: José Antonio Jiménez


Azul, cielo; verde, jardín; rojo, fuego. Todo en orden, ¿verdad? ¿Y qué tal si te digo: amarillo, mesa; rojo, cielo; negro, felicidad? Parece que, de manera involuntaria, algo no cuadra en nuestra cabeza. Los primeros tres pares de colores y palabras se asocian fácilmente, sin embargo, los últimos no. ¿A qué se debe que estas asociaciones nos extrañen?

En las facultades de psicología aprendemos pronto que la percepción es un producto cerebral, una representación de lo que está ahí fuera: la realidad, independiente de nuestro percibir. Esta acción de percibir la realiza constantemente el cerebro, que crea una representación del exterior; si tuviéramos un cerebro distinto (por ejemplo, un problema mental), lo que percibimos podría ser diferente a lo que está ahí fuera (piensa como ejemplo en las alucinaciones). Aunque en general todos percibimos de igual forma, hay un porcentaje de la población que experiencia lo que se hace llamar sinestesia.
La sinestesia es una condición por la cual un estímulo de una modalidad sensorial conlleva la activación y representación en una modalidad sensorial diferente; en otras palabras, los famosos cinco sentidos se entrecruzan (y esto puede ocurrir a diferentes niveles). Por ejemplo, una palabra presentada visualmente, activa partes del cerebro relacionadas con la audición. El subtipo de sinestesia más frecuente es precisamente este, el grafema-color, por el que una palabra va asociada a un color. Esto puede estar relacionado con lo que sentimos en el ejercicio anterior al leer los pares de palabras; azul, cielo y negro, felicidad.



¿Cómo perciben exactamente estas personas las palabras? ¿Las ven en tinta negra? ¿Ven una forma aleatoria de un color? Aunque entre personas con sinestesia las percepciones son distintas, sí puede intentar generalizarse la experiencia. Normalmente, al ser preguntados, la mayoría afirma ver las letras de las palabras, impresas, en tinta negra, y mientras se lee, de manera automática, ve otros colores superpuestos al negro. Las diferencias en percepción pueden ser de muchos tipos, principalmente afectando a la intensidad del color, afectando también al tipo de relación grafema-color (e.g. asociar letras y colores, palabras completas, conjuntos, etc.) o, más interesante aún: a las relaciones de grafema-colores (e.g. el ‘5’ para una persona es verde y para otra, rojo).
¿Qué se puede saber de los sinestésicos? ¿Tienen algo en común? A pesar de lo particular que es este fenómeno, tras años de investigación se pueden extraer algunas características comunes:
  1. Aparece temprano en la vida, quizás desde el nacimiento. Todos afirman haber tenido esa cualidad desde siempre.
  2. Es automático. No conlleva un esfuerzo consciente.
  3. Aunque haya diferencias entre sinestésicos, un sinestésico y sus asociaciones no varían, se mantienen estables (para el que un ‘5’ es verde, será verde para siempre).
  4. La persona no está delirando o sufre ningún problema de salud, ya sea mental o física, como delirios o alucinaciones, que explique las percepciones.
¿Eso es todo lo que se sabe? No exactamente, pues algunos estudios muestran una mejor memoria en la gente con sinestesia en comparación con la población normal. Las asociaciones entre sentidos son mayores, por tanto, puede pensarse que un estímulo va a tender siempre a ser más rico, entendiendo por esto, que tendrá un mayor número de conexiones y será más fácil de recordar.
Pero esto de la sinestesia, exactamente, ¿qué es? ¿De dónde surge? ¿No será lo que en psicología se llama, un condicionamiento, o dicho llanamente, un tipo de asociación entre palabras y colores? Por el bien de la curiosidad científica, la explicación no es tan sencilla. Se realizaron estudios para comprobar la posibilidad de que la memoria jugara un factor clave aquí, y todo se limitara a una memorización de asociaciones. Sin embargo, se demostró que no es así (Ramachandran y Hubbard, 2000), igual que no se memoriza cómo percibimos una puerta o a nuestros seres queridos. Los estudios principalmente consistían en sentarte en una silla y preguntarte de qué color ves las siguientes palabras; años después, te preguntamos otra vez.
En investigaciones más recientes se ha encontrado un factor genético (¡nuestra amiga la genética siempre tiene algo que decir!), en concreto, un gen ligado a los cromosomas sexuales. De esta forma se explicarían dos hechos (Rachamadran y Hubbard, 2001):
  1. Que hay muchas más mujeres que hombres sinestésicos. En concreto, por cada varón, seis mujeres tienen esta cualidad.
  2. Gran cantidad de mujeres en el entorno familiar de personas sinestésicas dicen tener tal condición.
Igual a estas alturas te estás preguntando: ¿Supermemoria? ¿Saborear con el tacto? ¿Dónde hay que firmar? Podemos pensar que tenemos cierta vinculación entre los sentidos, de ahí que intuyamos que algo no encaja del todo al leer las palabras del principio del artículo (negro, felicidad). ¿Sería posible adquirir sinestesia de manera artificial, y gozar de sus ventajas? Hay indicios de que el aprendizaje puede desempeñar algún papel, sea en su origen o desarrollo, habiéndose encontrado en estudios de gemelos que sus sinestesias estaban relacionadas con los colores en los que se pintaban los números en las paredes de sus escuelas infantiles.

Experimento a pequeña escala: ¿podemos aprender a ser sinestésicos?

Relacionado con la posibilidad del aprendizaje de la cualidad sinestésica, en un estudio no publicado del 2012, en colaboración con algunos miembros del grupo de Causal Cognition de la Universidad de Málaga, nos preguntamos si esto era posible e intentamos desarrollar un método. Creyendo que la forma más natural de sinestesia para ser adquirida sería la grafema-color, presentamos a unas 15 personas a una tarea en la cual intentábamos hacer asociar palabras y colores predefinidos, haciendo que las personas activamente eligieran qué color, entre dos, correspondía a la palabra presentada. Tras la elección, le indicábamos si estaba en lo correcto o no, mostrándole también de un vistazo cómo va su puntuación. ¿Qué colores y palabras asociados considerábamos correctos? Para esto nos basamos en estudios estadísticos del lenguaje y seleccionamos palabras con altos niveles de concreción o facilidad para ser imaginados (por ejemplo, el cielo), y unas pocas, por hacerlo más interesante, abstractas y difíciles de imaginar (como la felicidad). Aquí esperábamos resultados más pobres.
Seleccionadas unas pocas palabras, ¿qué color asociar a ellas para nuestro experimento? Hicimos un sondeo por redes sociales y foros en Internet (con más de 300 participantes) y encontramos que, como empezábamos a entrever, para palabras concretas, casi por unanimidad, se les relacionaba estrechamente un color. Estos colores son los que después usaríamos en nuestro experimento (normalmente escogíamos colores que estaban por encima del 70 y 80% del total de respuestas; un ejemplo, de nuevo, es el par azul-cielo).
¿Cómo saber si hemos inducido sinestesia a alguien? Haciendo uso del efecto Stroop. Elefecto Stroop es un retardo de la respuesta bajo determinadas condiciones. Imagínate que te presentan la palabra ‘azul’ en letras rojas, y tienes que decir de qué color es la tinta (por ejemplo, rojo); tardarás más en contestar que si la palabra presentada es una al azar, por ejemplo, edificio. Adecuando la tarea de Stroop a nuestros pares, queríamos ver si encontraríamos el efecto (los nuevos colores asociados emergerían y entorpecerían la tarea).
Desafortunadamente, no conseguimos con nuestro método inducir sinestesia a nadie. No seguimos profundizando en el tema, pero creemos que un método tan corto no basta para recrear un fenómeno tan duradero y difícil como la sinestesia. De hecho, una investigación anterior a la nuestra y de meses de duración, nos cuenta que sí lograron que las personas adquirieran sinestesia artificial. En este método dieron a leer un libro en el que, de manera consistente, cada letra iba asociada a un color determinado.

Qué podemos concluir

La sinestesia es un fenómeno escaso, extraño y complejo. Su origen parece ser biológico, pero su desarrollo, sin duda, es multicausal, algo típico en psicología y neurociencias. Los intentos de replicar los efectos sinestésicos en personas no sinestésicas, por ahora, no parecen ser generales, ni parece que vaya a acabar la cosa en buen puerto, salvando las distancias con el estudio mencionado poco atrás.
Así pues, si eres estudiante y por un momento te ilusionaste con convertirte en sinestésico para potenciar tu memoria… pásese mañana.

Referencias

  • S Baron-Cohen, W., and Binnie, C. (1987). “Hearing words and seeing colours: an experimental investigation of a case of synaesthesia”. Perception, 16(6), 761-767.
  • Harrison, J. (2004). “El extraño fenómeno de la sinestesia”. Publisher: Fondo de Cultura Económica. Revised ed.
  • Ramachandran, V. S., and Hubbard, E. M. (2000). Psychophysical investigations into the neural basis of synaesthesia. The Royal Society, 268, 979-983.
  • Ramachandran, V. S., and Hubbard, E. M. (2001). Synaesthesia — A Window Into Perception, Thought and Language. Journal of Consciousness Studies, 8 (12), 3–34.
Extraído de: 

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