viernes, 2 de septiembre de 2016

¿Pueden sólo tres rasgos explicar el éxito?


Por: Daisy Grewal. 
Amy Chua se ha hecho conocida luego de publicar su libro "Madre Tigre, hijos leones". Chua provocó mucha notoriedad debido a sus chocantes anécdotas, como amenazar con quemar todos los peluches de su hija si tocaba mal el piano. Chua afirma que esas técnicas de crianza no solo eran típicas de los inmigrantes chinos, sino que también explica por qué el chino-americano promedio, ha superado educativamente a otros grupos étnicos

Chua y su esposo Rubenfeld sostienen además que una única combinación de rasgos de personalidad son la fórmula mágica detrás del éxito.

Los tres rasgos son: la creencia en la superioridad de su propio grupo, una tendencia hacia la sensación de inseguridad, y la habilidad de controlar sus propios impulsos.

De acuerdo a lo que nos dice el libro, los individuos que pertenecen a culturas que enfatizan con estos tres rasgos tienden a tener mayor desempeño.  Como un ejemplo de esta teoría, Chua y Rubenfeld señalan el éxito de los mormones, nigerianos, persas, cubanos, indios, los Asiáticos del Este, libaneses, y judíos.



Hubo críticas por los estereotipos en el libro, aunque también recibió elogios por la franca discusión de la pregunta ¿Por qué algunos grupos en Estados Unidos, en promedio, tienden a ser mejores que otros?  Si uno examina la teoría de Chua y Rubenfeld atentamente, se hace evidente de que la cuestión es más psicológica que cultural: Ellos proponen que una combinación específica de rasgos psicológicos pueden explicar el éxito y creen que personas de ciertos grupos son más propensos a poseerlas.

Joshua Hart y Christopher Chabris, ambos profesores de psicología del Union College, decidieron probar empíricamente “los tres rasgos de personalidad”. La investigación involucró a más de 1200 adultos de diferentes etnias. 





Estos investigadores escogieron una muestra representativa de estadounidenses, en lugar de los miembros de los grupos exitosos mencionados por Chua y Rubenfeld, ya que esto brindaría una prueba más fuerte a la teoría.

Si la presencia de estos tres rasgos predice el éxito, independientemente del grupo étnico o cultural de uno, entonces uno podría concluir con mayor certeza que esta combinación de rasgos, de alguna u otra manera conducen al éxito.

El primer rasgo de este “grupo de tres”, es la creencia en la superioridad de su propio grupo. Esto fue medido con una escala que preguntó a los encuestados, que tanto estaban de acuerdo con expresiones como esta: “La mayoría de las otras culturas están atrasadas comparadas con mi cultura.”

La medición de la inseguridad, el segundo rasgo, es un poco más complejo, ya que Chua y Rubenfeld argumentan en su libro que la inseguridad puede tomar muchas formas incluyendo la baja autoestima, sentimientos de peligro, o temor a perder lo que ya se ha conseguido. Por lo tanto, los investigadores midieron la inseguridad usando múltiples escalas.

Para el tercer rasgo, el control, utilizaron escalas de impulsividad, conciencia, y coraje.
Los investigadores también midieron las habilidades cognitivas de sus participantes mediante pruebas de vocabulario y razonamiento matemático. Aunque la teoría de Chua y Rubenfeld no hace hincapié en la inteligencia. Investigaciones pasadas mostraron en general que las habilidades cognitivas son uno de los más factores predictores del logro y el éxito.

Finalmente, midieron el éxito familiar, consiguiendo los reportes de ingresos anuales de los participantes, nivel de educación, honores y reconocimientos obtenidos. Todos estos indicadores de éxito  fueron combinados para crear una sola variable de éxito.
Usaron análisis de regresión para determinar la fuerza de la relación entre los rasgos de personalidad y la percepción subjetiva del éxito.

Los hallazgos no apoyaron la teoría de Chua y Rubenfeld de los tres rasgos.  Los participantes que informaron el mayor éxito no obtuvieron puntajes altos en los tres rasgos. En cambio, los mejores predictores de éxito fueron la capacidad cognitiva y la educación de los padres. Además, en  contradicción directa con la teoría de Chua y Rubenfeld, una mayor  inseguridad personal fue relacionada con menos éxito en la vida.

Adicionalmente, hubo una pequeña pero no insignificante correlación entre los sentimientos de superioridad en un grupo y el  logro de un mayor ingreso económico. 
En otras palabras, los participantes que expresaron más orgullo acerca de su grupo étnico, reportaron generar más ingresos. A pesar de que estos hallazgos apoyen la teoría, no se encontraron evidencia consistente de que esta única combinación de tres rasgos, -superioridad de grupo, inseguridad personal, y control de impulso,- nos lleve a un mayor éxito.

Si la teoría de  Chua y Rubenfeld no puede explicar el éxito de ciertos grupos, entonces ¿Qué es lo que sí podría? Hart y Chabris señalaron que, aunque parezca atractivo pensar que podemos identificar un grupo de rasgos que se pueden aprender y que determinan el éxito, hay escasa evidencia para tal formula.


La idea del “Grupo de tres” puede parecer convincente ya que parece encajar con nuestras propias observaciones personales y frecuentes estereotipos  que tenemos sobre los inmigrantes.  Para agregar, la teoría concuerda muy bien con la creencia que el éxito depende del trabajo duro y las cualidades personales, en vez de las circunstancias. Pero, lo que mejor sabemos es que, el éxito depende de factores nada sorprendentes como ser inteligente, ser persistente y tener la buena fortuna de crecer en un entorno  financieramente estable.


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